qué tristes son las tardes de otoño! intento que no me pillen en casa... tenía un vecino poeta, pero no lo sabía. ahora está mark, que quiere ser escritor. me va a dar clases de inglés. bien, no?
no sé muy bien como explicarlo.... pero todo allí es más ligero, más leve. la ropa, la comida, la arquitectura,...hasta las relaciones el día a día se desarrolla de una forma suave y tan amable que adoras ese colorido desorden, olvidando estos engranajes perfectos que casi no nos dejan respirar