28 mayo 2006

brillar!

"Tendrías que conocer a mis amigos de ahora. Alguno te iba a encantar. Son personas de esas que brillan.."
uf, es algo que había olvidado. y mira que fui yo quien te enseñó la definición de "persona que brilla" y como distinguirlas.
hacía mucho tiempo que no clasificaba así a las personas que iba conociendo, no sé si porque se me había olvidado, o es que en este tiempo no había conocido a nadie que se mereciese tal calificativo, lo cual, sería bien triste. así que me puse a pensar en los que, en estos últimos años, en algún momento, han formado parte de mi vida. ...
mmm, me salen muy poquitos. a lo mejor es que ahora he aprendido a ver la tristura... pues no quiero, no quiero quedarme estancada, y acabar convertida en uno de ellos, en un hombre gris.

"Dártelo es mi privilegio y como te lo doy, te lo podré quitar. un corazón no es para siempre. a veces tienes q devolverlo..." mira que blog he encotrado :-)

26 mayo 2006

"Y con las luces del alba, antes que tú te despiertes,
se hará ceniza el deseo, me marcharé para siempre,
y cuando todo se acabe y se hagan polvo las alas,
no habré sabido porqué, me he vuelto loca por nada..."
Pedro Guerra
¿ se puede echar de menos algo que casi no has vivido? pues yo echo de menos un paseo por el parque, cogidos de la mano, y sentarnos a tomar una tarrina de helado enorme, echo de menos esa cerveza a la salida del trabajo en el sitio que tú y yo ya conocíamos por casualidad, y esas hamburguesas del centro,... echo de menos que me arropes en el cine...
así que, haces bien en mantenerte lejos, y sólo aparecer difuso cada mes, porque si no ahora estaría muy muy triste, echándo de menos muchísimas cosas más.
supongo que lo que realmente extraño es lo que me imagino que podía haber sido, si las casualidades nos hubieran cruzado años atrás, y me aferro a una historia de amor que jamás ocurrió, llevándola a la perfección. No tengo que olvidar que eres un chico predecible, vaya, normal, que además no le gusta hablar de cosas desagradables.

16 mayo 2006

vacío



fui a ver el mar y... no sentí nada
fui a oler la madreselva y... no sentí nada.
fui a comer con él y... no estaba sintiendo n a d a. entonces ya, preocupada, me puse disimuladamente la mano en el corazón. estaba latiendo con todas sus fuerzas, tanto que tenía que hablar alto para que él no lo escuchase.
entonces, no era un problema del corazón ni de sentimientos, sino del cerebro y sus pensamientos.