16 mayo 2006

vacío



fui a ver el mar y... no sentí nada
fui a oler la madreselva y... no sentí nada.
fui a comer con él y... no estaba sintiendo n a d a. entonces ya, preocupada, me puse disimuladamente la mano en el corazón. estaba latiendo con todas sus fuerzas, tanto que tenía que hablar alto para que él no lo escuchase.
entonces, no era un problema del corazón ni de sentimientos, sino del cerebro y sus pensamientos.

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