21 noviembre 2006

crecer es un oficio triste


- me alegra mucho verte- se acerca y me da un pequeño abrazo
- igualmente, pero a ver si conseguimos quitar esta moda de vernos sólo
en los cementerios- contesto esbozando una tímida sonrisa.

y era verdad, en los últimos tres años nos habíamos visto tres veces. en tres entierros. aunque esta vez no habíamos conseguido encontrar a la comitiva. es lo que tienen las grandes ciudades. que incluso en el cementerio te puedes perder.
así que allí estábamos, una mañana de primavera, aunque en noviembre de primavera. poniéndonos al dia de nuestras vidas.
8 años atrás éramos uña y carne. luego yo me alejé. "cómo pudiste cortar de raíz?"-...
empezamos a recordar unos años de clase y biblioteca, de fines de semana en el campo y conversaciones en el parquecito detrás de su casa. unos años que se nos acaban de escapar. incluso por un momento sentimos que los rozábamos con esa complicidad que nos unió durante tanto tiempo. y yo solita corté.
y bajo un espléndido sol de invierno, nos despedimos, tres veces, intentando, quizás, agarrarnos a esa época y creyendo que cualquier tiempo fue mejor.

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